27 ago 2008

Madrid - Gijón

- Oh! Jajaja, disculpe … no le vi. No estoy acostumbrada a cargar tantas maletas, ¿le hice daño?.
- No señorita, no se preocupe. ¿Me permite ayudarle?
- No, por favor, no se moleste, usted tendrá que manejar las suyas
- ¿Éstas?, no, jajajaja, no son mías, yo viajo sin equipaje. Y para mí no es ninguna molestia atender a una dama tan bonita.
- Pues en ese caso se lo agradecería mucho.
- Ya llega, traiga. Veamos, y la cajita también si la coloco bajo el brazo …
- Es usted muy amable. Deje, deje, la caja ya la subo yo, gracias.
- ¿Cuál es su vagón?
- Ah! Sí, mire usted, soy un poco torpe para enterarme entre tantos números, jajaja.
- A ver, … bueno señorita pues parece que el destino nos coloca de compañeros de viaje.
- ¿Sí?, qué grata coincidencia.
- Deje que yo suba primero. Perdone, no le parezca poco caballeroso por mi parte, es para que simplemente me siga y no tenga que buscar el asiento.
...
- Bueno, pues parece espacioso. Presiento que no vendrá nadie más.
- Jajajajaja, eso sí es soñar despierto. Acostumbro a hacer el mismo recorrido dos veces al mes y siempre va lleno. ¿Qué lugar prefiere?
- Aquí si no le importa, es que si me pongo a la contra me mareo.
- Perfecto, acomódese. Nos espera toda una noche antes de llegar. ¿Irá a buscarle su marido a Gijón?
- No, no estoy casada y me bajo algo antes, … en Mieres. ¿Y usted? ¿está casado?
- Lamentablemente soy viudo.
- Lo siento, no debí preguntar.
- Da igual, me costó mucho superarlo, pero ya me encuentro bien. Mi esposa era maravillosa pero murió en un accidente cuando viajaba sola en auto, pobrecilla, llevábamos poco tiempo casados, y así quedé solo y sin descendencia.
- Lástima.
- Sí, bueno, pero eso ya pasó hace años, no entristezcamos este bonito encuentro.
- Tiene razón, hombres como usted faltan en el mundo, no merece sufrir. No me tome por indiscreta pero ¿Para qué va a Gijón?
- Por negocios. Soy el dueño de una fábrica de ropa y ya sabe, hay que reunirse con los galeristas para asegurar las ventas.
- Sí, si, ya me imagino, debe ser un trabajo muy estresante, con esa generación de gastos entre empleados y material, y estar pendiente de que todo salga bien.
- No se lo imagina, los buenos trabajadores no abundan. Yo tengo en plantilla a 300 personas, son gente inculta, no como usted y como yo, … ya me entiende, gente sin estudios que siempre han vivido entre basura y se creen con el derecho de arruinarme pidiendo subidas de sueldo. Como bien dice, me toca revisar todo su trabajo, pues en cualquier momento te pueden traicionar; figúrese que se quisieron sindicar, pero no ¿eh?, eso si que no lo consentí, deberían estarme agradecidos por sacarlos de la miseria.
- Claro, eso es lo que tienen los pobres que aspiran siempre a mejorar …
- Sí, jajajajaja, no saben que cada quien tiene lo que se merece, y quien no nace en noble cuna no muere en ella, jajajaja.
- Jajajajaja, no sabe cuánta razón lleva en lo que dice. Parece que estos apartados están silenciados ¿No?, fíjese que al lado entró toda una familia y no se oye nada.
- Sí, todos los que hacen trayectos tan largos son así para no molestar al resto de los usuarios. Bueno, pues parece que ya salimos, hemos tenido una gran suerte viajaremos solos, su intuición femenina ha acertado, es usted encantadora, podremos dormir bien.
- Gracias. Y ... ya que no ocuparán los lugares ¿Le importa bajarme las maletas de nuevo?, es por si necesito sacar algo de ellas durante la noche, ya bastante será molestarle cuando llegue a mi destino.
- Por supuesto. ¿Se las dejo aquí?. ¿Seguro que está cómoda?
- Sí, gracias, estoy bien. Muchas gracias. Que descanse.
- Gracias, igualmente. Y no dude en despertarme si precisa algo.
- No se preocupe, … así lo haré.



- ¿Sí? ¿Le pasa algo? ¿Ya se va?
- No, tranquilo, pero estoy cerca, tan solo le desperté porque quería antes de bajarme tener una atención con usted por su generosidad.
- ¿Sí?, qué detalle, pero no hacía falta, poder compartir mi descanso con una mujer tan hermosa ya es suficiente. Ay! Si supiera cómo roncan algunos …
- Ya. Espere, lo tengo aquí en la caja.
...
- ¿Quéeeee? ¿Qué hace con esa pistola? Pero … ¿Se ha vuelto loca?
- No, no estoy loca. Este es un regalo de esos incultos empleados que le siguen haciendo rico con su deshumanizada jornada, y de su suegro que siempre supo que usted mató a Lidia para quedarse con el negocio familiar. Ah! Quizá le guste saber que su fiel secretaria sacó mi pasaje de tren a la vez que el suyo y el de nuestros invisibles compañeros de viaje hasta … Gijón, siento que vaya solito el resto del trayecto. Ha sido un placer conocerle personalmente. Salude a su difunta esposa de mi parte, seguro que le agradará volverle a ver.
- ¡¡¡Nooooooo!!!

¡¡Próxima parada Mieres!! ¡¡Por favor los pasajeros que se bajen en esta estación aproxímense a las salidas!! ¡¡Gracias!!.