28 abr 2009

El viaje

Viajo en una caja de zapatos sobre raíles de chocolate, voy cómoda.
Las vías son blanditas, no saltan chispas.
Tengo una bocina, una bocina que suena como campanas que diría mi abuela, o como cencerros que diría mi abuelo, la hago sonar en las curvas, y en los cruces por si una estrella pasa sin verme y choco con ella.
Llevo una regadera, y voy regando los árboles y las flores que me encuentro; y llevo pan, y voy tirando miguitas para los pájaros.
Mi tren de caja de zapatos vuela por el cielo, los rieles van haciendo como una montaña y otra y otra, así subo y bajo y subo y bajo.
Tengo un farolillo colgado de una esquina, y el nombre pintado a un lado como los grandes barcos, se llama Fugaz porque es muy rápido, y cuando la gente me ve pide deseos y yo los guardo, luego, con ellos pinto los besos que voy dejando a mi paso.

27 abr 2009

Ante el espejo

Me asomo al espejo, para mirarme, para verme tal cual soy.
Llegas en ese momento.
Pones tu mano delante de mis ojos para que no me vea, … no me veo.
Pasan los años.
Me asomo al espejo, para mirarme, para verme tal cual soy.
Llegas en ese momento.
Pones tu mano delante de mis ojos para que no me vea, … pero ahora ya sé que tu mano es de cristal, … me veo bonita en el espejo.

Escucho

Hablas, me hablas, quedo de pié, inclinada, apoyando la mano sobre la que cargo todo mi peso en la pared de tus palabras, para sujetar lo que me dices, para frenarlo, para dejar que caiga más despacio sobre lo que nominas “mi torpe entendimiento”.
Callas, te callas, mientras yo busco la salida de ese laberinto de letras pronunciadas por tu boca de sapo que se cree príncipe, moduladas por tu lengua caza-moscas, respaldadas por gestos que no he podido descodificar por dar más importancia a la palabra dicha que al lenguaje corporal.
Te vas, … termino de leer/escuchar lo que dijiste hace rato, no hay dónde agarrarme, no hay dónde apoyarme, ya no hay pared, … caigo.
Te veo alejándote, saltando, croando, y … entiendo por qué no te entiendo, y entiendo que jamás te entenderé porque no quiero entenderte.
Y me imagino un lago de lava hirviendo delante de ti, y caes en él.

21 abr 2009

Me gustas

Me gustas porque para gustarte no tengo que saber caminar con las manos.

De cuando comía un bocadillo de mortadela a media mañana y no me engordaba.

... Eran otros tiempos.